Estoy furiosa, atómica, sangrante de la nada. Siento que no tengo donde dejar mi presencia, y aún así, algo me duele y lo digo, quiero y lo expreso, siento y exploto contra todo y hasta contra mí, sin consideraciones. Nací de dos seres uno extraordinario y otro simple, pero ni aún así dejo de ser una proteína cuestionable.
Vuelvo constantemente sobre lo mismo, me quejo, me enojo sintiéndome un holograma triste, algo invisible. Protesto sobre el abandono de personas, de esas personas que fueron mis personas cercanas, las que se alejan justificándose con el tiempo, las que me llevan a putear preguntándome si esto es ser grande. Grande? Qué es ser grande?..
Tengo cosas que me ahogan y al decirlas quedo en tal exposición que las miradas me hacen casi retroceder, querer esconderme. Pero tampoco hago eso, no lo quiero, no se me da la gana y no voy quedarme debajo de una piedra. He dicho.
Mientras digo palabras que atropellan a los sentimientos, dejo de lado la imposibilidad del ser, aunque sea por un rato, de lado. En fin últimamente soy una combinación imposible.
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