miércoles, diciembre 10, 2008

Quedándome o yéndome?

La lluvia borra la maldad, y lava todas las heridas de tu alma
este agua lleva en sí, la fuerza del fuego, la voz que responde por tí, por mí...
y esto será siempre así, quedándote o yéndote.

(Luis Alberto Spinetta)


Estoy al borde de mi propio fusilamiento. En una estúpida necesidad de escapar de este cuerpo pudriéndose al sol. Estoy transcurriendo lentamente, estallando en pasos, mostrándoles a todos que la vida pasa a pesar que, tan sólo soy la que fui.
Sin saber qué hacer y en un vaivén de subjetividades digo y sobre todo siento que necesito un ancla. Algo que entienda esta manera visceral, este desdoblamiento de mi soledad que me acosa dejándome en una imposibilidad, al borde de los días. Con eso se va provocando un desgarramiento como si fuera poco casi como si fuera necesario mis músculos se corten, las venas tomen un color azul casi violeta en medio de una palidez casi de muerta. Y a ese borde frente a un vacío, me acerco, siendo un síntoma en una caída estrepitosa que esta en los contornos de la vida ajena. Una mínima expresión con un vertiginoso movimiento que me lleva a esconderme detrás de mis palabras, como tantas veces lo hice. Todo va a velocidades tan rápidas que estoy tan al casi de dejarlo todo. No sé ya no hay horóscopos a los cuales pueda sentirlos ciertos y escasos son los que están soportando mis humores. Pero es tan lógico y aceptable eso, que es de lo único que no me quejo. Quizás porque estoy convirtiéndome en los restos de mí. Nada. O simplemente porque soy una simple chica aniñada al lado de su madre,creyendo que ella con sus abrazos, con sus comidas puede borrar toda mi pesadumbre. Y a veces me conformo con ser una chica respondiendo el por qué que no entiende pero como no se ve el daño en la superficie, como no hay sangre visible. Nadie pero nadie ve el daño en mí. Tampoco se si eso esta mal.

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