martes, marzo 03, 2009

LLuvia.

Manos con espinas. Una caída incumplida. Escombros, de un yo, desechables. Promesas evaporadas. Huesos entre fracasos. Una falsa piedad entre paraguitas de chocolate que no protegen del miedo. Un fuego que quema, que se expande entre un aire degenerado y perverso. Una mezquina costumbre. Esa de decir palabras que hieren la garganta. Palabras que toman como esclavo al odio, haciéndolo reventar en un lamento. Mientras los ojos tienen todos los sentimientos juntos. Palabras que duelen y no salen entre un insistente caminar.
Pienso largarme y, después, sin saber que no soy yo la que volvió a retomar la palabra. Termino sintiendo que no se entendió nada. Que todo se vuelve pura acumulación, una avalancha verbal que queda congestionada ante la estética de una angustia.
Estoy siendo un volcán que esta a punto de ebullición. Es todo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Hey ya que viniste hasta acá decime algo