Estas ajeno. Empecé con nauseas y sensaciones de mareo intenso. Estábamos hablando.
Me hundo en mí y espero. Basta de realidad! Te necesito en pedazos, solo para que encajes cuan pieza de rompecabezas en mí
Me encantas y entre signos trato de ganarte y, después, de una manera tranquila e inevitable te mato con un punto.
Y aparecen horas quietas, que me envuelven en un abismo ¿si ya te fuiste por que te sigo despidiendo?
Y escucho que “el tiempo cura” puras pelotudeces. No es siquiera nuestro tiempo ni tiempo pedido, otra mentira. El tiempo es tiempo y esto es otra cosa.
Una supuesta seguridad me da que todo se haga diminuto, polvo, ahora que no estas. Así de esa forma me alejo de las maldiciones. Y cuando dejes de pedir o reclamar, ahí recién parecerá la palabra diálogo, para mi. Sábelo. Sentí tener los ojos, y porque no, el corazón contra las nubes.
Creí amar. Pero nadie sabe decirme nada
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Hey ya que viniste hasta acá decime algo