Palabras y palabras entre tantas, sombras de casi todos los domingos.
Y vos volves amenazar mis sentidos. Con tu mirada los alejas tanto y lo sabes. Me encuentro débil. Estoy débil, sin armas y también lo sabes. No te importa y lo usas.
Te acercas, sé que esperas mi debilidad. Pero no diré cuanto te deseo, ni voy a decir que quiero ser vos para que me deseen así. Ni voy a llorar por la soledad que me dejaron tus besos, ni voy a decirte como me altera tu amabilidad, ni diré que estoy en mi cama sin dejar que a mi lado se recueste ni el tiempo partido en dos, ni la tristeza, y por supuesto, menos aún el amor.
Clausuro las horas por venir, porque me llevan al desencuentro desnudo con tu cuerpo, porque se dejan atar a vos de esta manera tan romántica y sexual, porque dejan que tu presencia a mi lado, me inquiete. Y porque se vinculan con vos aunque estés encadenado a tus propias cadenas.
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