Sé que sus palabras me tienen encantada, sin embargo no termine de comprender cómo fue posible. Dijo esas cosas del amor, haber escrito esas palabras, proponer esa forma de mirar. Él no teme a nada y sin embargo esta temblando. Él no sabe lo que provoca en mí ni que mi cuerpo ya no me pertenece, o por lo menos, ahora, está perdido entre sus letras.
Escribiendo todo duele menos. Y la vida esta afuera, sencillamente, de todo. Estamos en días de tregua. Nadie dirá nada de nada, todos están ocupados en su propia vergüenza y otros en sus propios enojos.
Quiero que alguien se interponga en mi camino. Que me demuestre todo lo contrario. Quiero frente a mí, un espejo hecho pedazos.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Hey ya que viniste hasta acá decime algo