Tendría que tener titulo?

Colores y bienestar.

Estoy en una especie de bien inaudito. De felicidad no admitida, de alegría compartida y de comodidad cromática.
Estoy disfrutando del sol. El sol en las orejas, dentro de la ropa. Tengo los pies llenos de sol.

Ojos contra las nubes...

Deseos contemporáneos, convoco al amor. Decido la fragmentación de la última complejidad. Ato mis manos. Nada intenso paso hoy, estuve rodeada de amistades. Tomé un poco de sol mientras leía en una plaza, nada importante, y sin embargo, me siento bien. Todavía no puedo conseguir escribir fluidamente en la computadora. El papel no me deja, la lapicera se resiste y me niego a entender lo que entiendo. Pero sin dudas prefiero escribir en mis cuadernos. Siempre me pregunto si estas cosas deben ser escritas. En fin no sé quiero una palabra que descargue tensiones, que mejore la circulación, que me haga más baja y delgada, una palabra rota que me aleje de lo absoluto. Quiero una palabra más.

Mostrándome.

Basta de psicodrama. Quiero en una cama de verdad, sin temor de interrumpir, el argumento, la interpretación. Aunque muchas veces no entienda las cosas del deseo, no porque sean complicadas, sino que nunca pienso que sean perfectas. No pienso ni tengo ganas de ponerme averiguar si solo es un deseo caprichoso de ser cumplido.
Me siento amordazada, contenta y una ansiedad esta tratando de llevarme por delante pienso que es el efecto de amores exagerados.
Voy hacia sus deseos sin voluntad propia, mi curiosidad o aparente deseo me arrastra hacia al encuentro con ese ser que quiere verificar mis palabras en carne propia.

Hacia vos mi mirada.

Le cuesta ser el mismo ni quiere decir todo por miedo a lastimar pero aún así vive siendo demasiado él. Es extremista, drástico, confiado, malhumorado y sensible. Él no necesita correr para irse, él huye sentado. Él es lluvia, es noticia, su corazón es un campo de batalla, no sabe o a veces no quiere darse cuenta de como funcionan ciertas relaciones pero espera a ese amor que sacuda su mundo egoísta y móvil. Se desarma para volver armarse cada tanto. Piensa y piensa retorciéndose hasta encontrar un lugar donde acomodarse siendo. Su sensibilidad lo pasea como quiere y él solo quiere pensar lo indispensable pero sabe que no siendo se desaparece. Y él es. Y encanta provocando sentimientos contradictorios desde su histérica tantas veces declarada. Tantas veces excusa. Él ya dejo migas de pan, sus palabras son huellas permanentes. Él ya no pasa desapercibido. Él es más que un nombre. Desde su queja, desde su terquedad, su seguridad y desde su resistencia se hace querer. Se deja querer. Él es esto, es aquello y mucho más también.

Lunes al fin...

Estoy sujeta al desarreglo energético producido por esta situación deseante. Tampoco quiero irme. (Bah a veces sí,en realidad no lo sé) Largas conversaciones, besos, compañía, noches, silencios y palabras todas. Me hacen quedarme en esta trama, en esto nuestro.
Asustada por la frase anterior mejor dejo de escribir.

Ellas por si solas.

Hable, sin darme cuenta si es malo o bueno para mí, lo que sentía, lo que yo veía.
Antes de mi intento premeditado de irme por las ramas, para ver si conseguía las caricias, esas las más alejadas. Pensando minutos después que mejor es despreocuparse de casi todo. Es tiempo de quedarme en mis propias palabras. Voy hacia ellas. Palabras sin padre, hijas de si mismas. Ya no tienen miedo de crecer ni que las interrumpan bruscos, incontenibles sentimientos. Empiezan a descubrir sus deseos. Confirman con la lluvia su amor. Afirman que los murmullos que escuchan son producidos por su propio ser. Gritan y son ecos, trozos, pasiones, egoísmos y soledades. En calma son un arco iris, sonrisas, amores pero sobre todo son fatalmente fragmentadas por otras.
Ellas, aunque a veces se sienten aisladas, están suspendidas entre signos de puntuación. Y yo pienso romper el próximo silencio antes de que se produzca.

Miren miren...

Felicitaciones miles por tu logro Kill Bill