Sensaciones adelantados

Se acerca la navidad. Dicen algunos: La navidad, tiene que se un tiempo de reflexión, de alegria espiritual. Pero me parece que se establece una relación personal con dos posibilidades: Amarla o no y en cuanto a materia de festejos, se limita a: Aceptarla y punto. Hoy todo me lleva a pensar en la navidad, locales decorados, ofertas navideñas, un pan dulce con el mate a llegar a mi casa.
Y si no te gusta la navidad?.. Es imposible distraerse. Salvo alquilar un submarino o probar un refugio antiatomico, no hay manera de evitar ver papas noel, por todaaas partes.
Este sería el momento del año en el que "purificamos el alma" dicen, incluso, que uno debería preguntarse "¿cuál es el significado del tiempo para mi?" y yo digo: ¡fiesta! comida a pleno (gorda!) y preguntas como "¿Qué hacemos después?..
Pero lo mejor para mi, es la víspera, esas horas apenas antriores a la noche del 24, esa tarde apurada con las compras finales, escuchar a padres decir: "portate bien y se amable con tus tios" , el recuento de quienes van a estar sentados en la mesa y a quienes te gustaria encerrar en el submarino. Y también llega ese momento de plantearnos un gran tema existencial "¿ A quién dejamos sin regalo?..
Otro misterio que se me presenta es de querer saber: De todas las nueces y almendras de todas las mesas que hay en las casas, ¿cuantas son ingeridas realmente? ¿alguien se quedo sin nueces y tuvo que salir corriendo a comprarlas?.. Y las mesas navideñas parecen ser una construccion más visual que gastronomica. Y muchos son simbolos mas que provisiones, estan ahi porque alguna s ecreta ley los impuso, pero de verdad ¿quién se come esos confites balncos duros como la piedra de tandil?..
Pero finalmente toda esa magia que se torna alrededor de papa noel, era una felicidad temerosa y virgen que un día se va y no vuelve. Pero decididamente cuando tenga un hijo en algún momento de la noche del 24 tambíen le voy a regalar la mejor mentira de la infancia...