Mientras no sé a qué me resisto tanto. Ya que lo que buscamos vos y yo, llego hace rato, siento que nuestro encuentro no es eso. Y eso carece de ser.
El amor incondicional que más me gusta, es el de los perros. Ellos, por lo menos mi Cokito, necesitan la compañía humana más que alimentarse. Y están ahí haciéndonos creer que nos conocen más de lo que nosotros nos conocemos. Ellos son esas no personas que encajan en mi vida perfectamente. Y me gusta esa sensación de que todo vuelve a ser agradable para nosotros, tranquilamente.
Necesito ese invierno en el cual tengo que ponerle más frazadas a mi cama y en donde tengo que abandonar mi bici por la lluvia. Necesito ese invierno donde vivo sin humedades y a sopa.
Y vos estas allá siguiendo la vida sin mí. Te estarás perdiendo en otro cuerpo, como yo trate de perderme? Hable todo lo que pude, pero sin dudas tu mirada pudo más. Pequeños precipicios y sigo con ganas de decir. A vos te paso de todo y a mí lo que me tenía que pasar. Eso marca la diferencia?
Me cuesta respirar, y vos me encontras rodeada de pañuelos al traerme chocolates. Viniste con paragüitas y titas deseándome feliz semana de la dulzura sin importar el tiempo, ni lo pasado. Eso sin dudas te hace mejor que yo.
Cuándo llegará el verdadero invierno, ese que me hace poner bufandas y aguantes. Ese que me hace tener la nariz roja y los ojos llorosos. Cuándo vendrá ese invierno que me hará dar cuenta que no te tengo en mi cama. Cuándo?
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