Mis sentimientos están puestos en charcos ubicando su desnudez, mientras la lluvia me grita que es tiempo de amanecer y yo hago que no la escucho. Porque todavía tengo en mi retina tú figura, tus ojos mirándome.
Ella cae desbaratando toda posible caída, haciéndole sentir a mi cuerpo que puede vivir de pie. Sacándole los enojos, la tristeza, los nervios pero no la espera, ni las ilusiones y mucho menos el deseo.
Todavía llueve, esas gotas me están poniendo en un lugar feliz y no importa o me importa muy poco que dure minutos u horas. Hay algo que estoy dejando escapar, lo dejo irse con el agua y eso me gusta. Y hoy un él después de pedir tanto, cuando dije que si, no supo que hacer, eso me sorprendió. Entonces quede simplemente sintiendo la lluvia.
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