Llueve, sí, y estuve caminando hacia la Av. colon y los hombrecitos de traje corrían. Y había un chico preocupado por su moto. Quién sabe lo que nos preocupa? Los relámpagos están haciendo trizas a ese reloj, las agujas se resisten. Será una libertad estática o un acelerado encadenamiento?
Llueve intensamente. Me justifico diciendo que la lluvia no me deja volver, mucha agua, qué sé yo. Si hubiera seguido en el ciento cincuenta y dos sin bajarme tal vez no te veía. Y me hubiera evitado tantas cosas. Tantas…
Ahora estoy en esta búsqueda constante. Buscándome. Buscando volver a sentirme yo, a volver a sentirme feliz, aunque siempre crea que la felicidad se forme de minutos. Pero sé que esto se terminará. Porque ya insulte tu calle, a mi barrio a la madrugada, esa música, esas escaleras, esa plaza a la noche, esos libros señalados, esas miradas, esas manos, ese cuerpo y a ese amor. Ya me perdí en la lluvia, ya me empape de ella. Ahora me vuelvo a casa y basta. Ya llore, me queje y lamente bastante. Ayer, hoy, lo mismo. No! Ya no. Prefiero seguir. Estos días estuve durmiendo al lado de mi mamá. Ella con su olor suave, hace que todo duela menos. Ella rompe cualquier burbuja y me vuelve real. Mientras elijo seguir.
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