Traigo conmigo algunas exageraciones. Palabras y palabras, pequeños nudos, sonrisas y amores. Están comiéndose las sílabas y sé que quiero decir por si en la interminable dilución de las palabras, forma humana de arrepentimiento, amor o felicidad, se le incrusta en la medula ósea o en tu rostro inmóvil algo que te saque de ese estado de rehén constante.
Mi escritura dice de manera extraña, como un punzón que padecen los dedos, lo que quiero decir. Esta vez no me complican mucho, menos anulan lo que siento. Esta vez siento y me siento de manera diferente, no es de golpe, no es por nada ni de la nada. Esto esta pasando, pasa y me gusta. Si se queda mucho o simples minutos tampoco le quitaría la importancia que ya tiene, ni la que le doy.
Lejanías, miradas, besos, regalos y almanaques despertaron las ganas de hacerlo todo otra vez. Aunque mucho más fácil debe ser cambiar de relaciones, distancias y hasta de amor. Pero hoy lo sé, pretendo alcanzar el brindis por un año nuevo sabiendo que este no fue ni es tan malo, sabiendo que existe esa posibilidad de otros besos, que las cosas, los sentimientos y ni hablar de las emociones tienen varios colores girando en ellas. Voy a elegir los pasos que daré, sin negar que al pasar las horas dejan enseñanzas y ordenes. Esta vez tengo ganas de alcanzar mis pasos, esos pasos y los otros pasos también. Porque entre el sonido de la lluvia, el de la música y la risa de Agustina, me encuentro sonriente. Estoy contenta, casi casi feliz. Me siento capaz de seguirme.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Hey ya que viniste hasta acá decime algo