Deseo pero mis manos se paralizan y una siniestra cobardía opaca mi mirada, absorbe mis palabras y las lleva, con una violenta caída, hacia mis tripas.
Atónita descubro como la temperatura de mi cuerpo aumenta cuando hablas, simplemente. Pero no puedo irme a dormir con vos ni irme después de tomarnos unos tragos ni siquiera irme en ese momento de la noche donde pasan las cosas más interesantes.
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Hey ya que viniste hasta acá decime algo