Sin neblinas.

Esperando un sonido, un mutante perdido, un ángel mitológico o la aparición brusca de una huella dejada de lado. Vengo transparente con el deseo de ser atravesada, condenada a morir sin conocerte.
Padezco una muerte ficticia y mis nostalgias están en peligro y entre rejas. Las lágrimas en el caleidoscopio no presentían el funeral. Ese delincuente natural, ese sentimiento con límites insospechados y esas sombras que agotan lo cierto. Un cansancio sospechoso.
Deteste tus mentiras, idiota juventud entontecida. Déjame gritar aquellas cosas que ya no necesito, tristezas para el amor detrás de cristales sucios. Victimas vacilantes.
Insomnio en la feria de pájaros, avergonzada de vivir entre idiotas, sentimientos precoses, huecos del silencio, astros de la estupidez, cuerpos sin pecados, alas sin murallas y entre nosotros dos.
Deseo olvidar la trascendencia, maldita soledad me acomoda a tu nada, hoy no extraño. Lucida pesadilla entre llamas. Decido nuevamente el exilio. Una partida de ajedrez.