Esta vez hay una diferencia, mi centro de vivir es diferente. No dejo de sentir lo que siento y hasta me siento capaz de escribirlo. Pero algo paso con el sexo, con el amor, con la escritura y conmigo. Ahora soy un testigo pero, a la vez, inútil.
La tentación esta en mi cuerpo, la intuís? Esta en mis ojos que te adivinan y te intuyen. También esta en mis brazos que te abrazan. La tentación esta en mi cuerpo. Me oís? Me voy a comprar un megáfono potente que surja del pulmón y que en cada partícula exprese mi deseo, mis ganas.
Tanto deseo de decir tengo que siento directamente que va de la energía sexual, por decirlo así, al papel. Esto es el placer de escribir? Sentirme yo pequeña, impuntual y segura frente a algo que me libera. A veces no sé si estoy escribiendo en un blog o estas palabras son las confesiones de un condenado a la realidad. Cuál es la diferencia, hay diferencia?
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