Estos días ninguna oposición interna rompió mi aparente tranquilidad después de gritar sin voz un basta. Ocurrieron algunos actos idiotas pero dichosos. Hice tregua con el tiempo propuse combatir serenamente sus límites, su odiosa manera forma de ir deteniéndome. En estos días también hubo partículas empecinadas de una atemporal realidad que me provocaron insomnio. Cruces de sangre que crearon días lluviosos cuya insolente belleza me hizo bien. Hubo silabas y paseos amorosos que se dieron en escenas sin interpretes pero que dejaron diferenciarse. Lo único en que se diferenciaron, en algo, del resto es ese vivir, no desde las tripas, como es mi costumbre, sino que fue desde las palabras. Y también estuvo muy bueno. Si que si.
Y ustedes en que andan?
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