Tambaleándome en emociones anduve casi todo el día. Sin voz, sin ideas, sin certezas y sin sentir que podía evitar que esas manos en el cuello, siguieran apretando sin dejar huellas.
Vi como barajaba sus municiones, en letras, sin saber que al corazón ya lo había herido. No sé si fue en el momento justo pero fue devastador todas esas cosas que ni se cómo decir. Ni siquiera sé que hacer para que alivie lo herido, lo despedazado y todo esto junto que siento. Ya no distingo si quiero pisotear todo o inmortalizar el momento con dos gritos de furia hasta ponerme violeta.
Desespero por entender lo que esta pasando y por qué esos mundos se esconden, los sentimientos están deshilachados y mi cuerpo mutilado por tristezas ajenas que tocan mis fibras están impidiendo, atrapándome y haciendo degustar una mezcla de sensaciones insoportables.
Palabras que pretenden matarme, casi lográndolo, rebotan en mi cabeza. Trate de sacarle la venda a mis ojos, lo busque y caí en un estallido. Nada se logra cuando ya se esta dentro del charco con sangre.
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