No tengo tiempo para el recuerdo, le dije hace rato a mi mamá. No tengo tiempo para el recuerdo, yo también lo extraño. Necesito ganas para ponerme a estudiar en serio y terminar de una vez. Necesito leer algunos libros. Necesito ver poca gente. Necesito palabras. Y me gustaría verte. Tomar un café y sentarnos creyendo que solo existe eso, que solo somos ese encuentro.
Mis situaciones amorosas están llegando a lo humanamente soportable. Sin que esto pueda ser pensando como un limite. Están por transformase en otra cosa. Hoy caigo desde lo alto hasta la simpleza del cuerpo.
En ningún lado hay reglas o contratos universales que digan la cantidad de horas que mi amor necesita para sobrevivir. Ni el tiempo exacto que tendré que dedicarle este mes o el próximo para lograr su felicidad, su goce o su permanencia a mi lado. Entonces por que hay reclamos, dudas y hasta fallos a favor o en contra de todo esto. Principalmente sobre lo que uno siente. ¿Cómo creen que pueden saber que siento en relación a un alguien?
Vuelvo y estoy en mí. Hable todo lo que pude, pero tu mirada pedía más. Palabras, miradas y más palabras, ellas armaban a un ser interesante, ellas me decían que podía creer y sentir.
Nos encontramos y definitivamente, me gusto.
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