Me di cuenta que lo que me pasa y lo que no llega o no me es otorgado no se por quién. Fue rechazado, previamente, por mí misma. Pienso que tendré que tener más cuidado o modificar ciertos perfiles infantiles en mi manera de ser. Y no esperen que culpe a mi mamá por tenerlos.
A veces, también, creo que el tiempo solo es una escritura y que no somos ni soy el tiempo.
El tiempo quiere ser una verdad chiquita, ser la expresión de una polémica interna. Y ese sobreponerse y ese empezar nuevo, que muchas veces sentí, es ese signo de puntuación de cualquier escritura.
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