Llegue hasta acá. Hoy estoy más tranquila. El escrito anterior fue dicho en medio de muchas cosas, de sentimientos cruzados y de emociones a punto de estallar.
Pero como ven, sigo. Me gusta seguir. Es verdad, también, caigo. Estoy ahí unos minutos y salgo, trato, me levanto y pido, quiero y exijo vida. Principalmente a mí. Pero casi nada es posible sin otros, sin amor. Escucho, escucho, pero no sé que decir. Me siento envuelta en recuerdos de palabras nunca dichas...
Y en medio de un silencio compartido, en medio de una aparente calma. Mi mamá dijo: “no te abandonaré. Seguiré viviendo” Eso lo sentí como un nuevo comienzo. Quiero y necesito creerlo.
Estoy con confusiones todavía no aclaradas, con risas, compartiendo charlas y recibiendo abrazos. No sé, a veces siento que digo demasiado, que preocupo por arranques de enojo o de tristeza suelta. Últimamente soy un sube y baja y estoy tratando de equilibrar las cosas. Les aseguro que estoy tratando…
Pero tal vez todo se junta lo mío, lo ajeno y lo de Ellos. Tal vez es que mi hermano se casa dentro de muy poquito, y lo siento, con toda la culpa por sentirlo así, como una perdida. Tal vez sea la desilusión sorpresiva que sentí. O tal vez sea la felicidad de que tendré una sobrina, sí, es nena. O tal vez sea tanto que no es nada. Tal vez sea solo un tornado, como dicen algunos, y ya esta yéndose lentamente de mí.
Y mi estoy bien esta sintiéndose cada vez más verdadero y no solo un reflejo. Estoy en medio de mucho. Pero estoy y no paso por mí, ningún pensamiento de huida. Espero algo más, estoy buscando algo más. Así que acá estoy y me quedo.
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